Diurno




Duerme también bajo la uña
Mira de lado, todo el mundo, cae en pedazos
Te digo que hoy
Dejo mis brazos para que simules con ellos
Algo parecido a un abrazo
Un árbol que cubra cabalmente la extremidad
De la melancolía
Y puedas romper quizá, mis codos
Mis dedos de aserrín
Y aquellas lágrimas fermentadas en saliva
Que como un lago
Corrieron por la calle donde niño
Jugaba a deglutir la fécula del ojo
Y el almíbar de la herencia genealógica…

Se que estas cansado de brincar sobre el vientre de los muertos
De inventar los puños, los dedos y las manos con que escribes
Las mentiras propician las verdades que te rigen;
Sí, debo seguir escribiéndote, poeta
Mañana no habrá letra que te inunde
Ni letargo que extirpe la palabra con que asientas la vida
Todas las ciudades se derrumban al paso del poema
Y las viejas alegorías, rugen llanto y se extirpan solas….

Ya no hay más que decir ni hacer, el mundo ronca
Y acaso sólo pueda cortar la vena a la existencia
Sangrar finitamente en el otoño del hambriento
Con la cicuta y el verso indicando los caminos
Que me lleven hacía ti
¡Larva asquerosa de la rutina!…

Duerme también bajo la uña
Como un camaleón
El hermano del poeta
Sonríe y ronca entre la mugre…

Fernando Labastida –Fénix-