Fénix y Femible



¿DONDE PONDREMOS LAS FOTOS DE LOS MUERTOS DE NOSOTROS?

No me había acomedido a putearte
Y ahora te digo ¡Puta, puta, puta marrana!
Sabes que el dolor fue un ciclo
Que me idolatra hoy tu catafalco.

Si supiste ayer
La otrora mano del sepulcro
hacer sangrar hacía ti
Hoy mírame tan lleno de tu ausencia
Tan cerca del olvido
Que me obliga a callar tu partida.


Sí, yo lo estoy mirando
Es un proxeneta desempleado
Una pregunta no preguntada
Que busca justificación.
Es la muerte por sí mismo
Lo que duele más a uno.

Y tú que eras la jima de un planeta
Donde cabíamos todos en dos personas
Has sentenciado a la muerte
Que más viva que muerta
Adolece ya no ser perseguida.


Y cuelgo tu foto en el muro
De una pared opaca
E incendio en mi mano la brocha
Que quiere pintarte otra suerte
Otra tristeza que juzgue
Lo que se juzga a sí misma
Cuando toma al toro por los cuernos
Sin manos y sin razones
Tan sólo con cierta agonía
Incertidumbre de niño torero
Que arrastra el capote hacia su última plaza
Su sueño en la espada
Y la espada empuñada para ya jamás
Volverse hacía sí.
Los columpios trasmutan
A cadalsos
Uno juega a morir
Y va y viene del jardín cementerio
Y se juega a seguir vivo.
Las paredes se caen sobre sí mismas
¿Dónde pondremos las fotos de los muertos de nosotros?
Tal vez trataremos de levantar los muros
Pero ya no podremos llamar
(Lázaro) a nuestros muertos
Fingiremos que no importa
Que nunca importo
Pero al volver la vista
Nuestras serpientes nos morderán
Hasta el origen
Lo más hondo
De nuestra indiferencia.

La charla se va prolongando
Y ya no hay palabras para las palabras
Y a unos cuantos metros de mi boca
Tu siempre callado reclamo de versos
Va invocando un artificio
Perfecto y apócrifo suicidio
De la vanidad y la retórica
De estos destrozados cuerpos.
Entonces sabemos
Que cuando calla la ermita
La rama cruje
Y sonríe a su hogar deshojado.

Ya con las paredes en pie
Descubro (atónito (¡ja, ja!)
Que he olvidado la puerta
¡Puta puerta!
Se quedo atrapada
Entre tu boca riendo
Y tu voz
Y tus ojos mirando &Mac246; me
Mientras mi boca no &Mac246; riendo
Y mi voz &Mac246; no (silencio)
Y mis ojos sobre las paredes

Me hacen preguntarme
¿Por qué la puta puerta se quedo entre ti?
Y me doy cuenta
De que los clavos
Producen orificios
Demasiado pequeños
Y los pequeños son tan grandes
Que parecen la huella
Del martillo de un hijastro de dios.

No vuelvas a truncarte
A olvidarte de soñar
Porque paso detenido hacia el ocaso
Suele ser la pesadilla
De un día ligero como hoy.
Viaja y no platiques
Del lugar que visitaste
Del que nunca pudiste pisar
Mejor arrópate a la vida
Y tírate a la cama de tus padres
Recuerda que un amor vejado
Es la libertad que te esclaviza.

Los pasos se tornan inciertos
Pierdo el camino
Pero tu recuerdo no me permite
Desandar más allá
De donde tú te anules completamente
Y cuando me atrevo a volver
A mirar
Miro (como recién nacido)
La imagen (tal vez sea mi madre)
(De ese añorante que ahora soy)
Que me reitera
Que sin andar no se anda
¡Todavía no parto!
Así no soy alguien
Y de alguien así no se sabe
Jamás se le sepulta
Sólo se le ama perpetuamente.
Y ayunamos
Y volvemos
Y no aprendemos
Lo que un día ignoramos.

El frío
El puto frío
Del suelo en el culo
El frío de uno sólo
El frío de tu mirada
Y tus palabras
Que desbaratan el sueño
En que me inoculaste
Y me recuerdan
Lo más oscuro
De ese maldito que soy.

Lamentos en la noche
¡Llorona maldita que se arrepiente
De haber ahogado a sus hijos!!

FERNANDO LABASTIDA (FENIX)
GUILLERMO GONZÁLEZ (FEMIBLE)


FENIX-FEMIBLE